Evidentemente que muchas cosas han cambiado, reflejo de los tiempos en que vivimos y, la devoción por la celebración del Día de las Madres no podía ser la excepción. Las quejas abundan como verdolaga, sobre todo, de los comerciantes.
En mi familia, la figura preponderante, la matriarca, era mi abuela Generosa López, una negra brava nacida en San Juan de la Maguana, que convertía cada Día de las Madres en una obligada ocasión para reunir a la familia.
Días antes venía de Pedregal, Jarabacoa, a la capital, con su temible sombrilla debajo del brazo. Esa sombrilla con la que amenazó a mi profesor cuando quiso castigarme injustamente.
Religiosamente, el Día de las Madres cada hijo y nieto pasaba por el lugar donde ella se alojaba, a depositar sobre una cama, tendida con una impecable sábana blanca, un modesto regalo, muestra de la devoción que sentíamos por ella.
Ahora que se acerca el Día de las Madres se me ocurre recordar aquella bonita época, cuando ese día no era un día cualquiera, y podía disfrutar de mi abuela Generosita López y de mi madre.
Quizás por su profunda carga de tristeza hay una canción poco colocada en la radio nacional en el Día de las Madres, aunque alude a ese extraordinario ser querido, el centro de la sagrada familia. Se trata de “La mamá” o “Adiós a la mamá”, interpretada y popularizada por Charles Aznavour (1924-2018), cuyo nombre de pila era Shahnourh Varinag Aznavourián Baghdasarian, vaya usted a creer.
Transitar por el cancionero dedicado a las madres no es tarea fácil, por la gran cantidad de temas existentes y artistas que los interpretan. Intentaré citar algunos, quizás motivado por mi preferencia personal.

Un clásico es “El retrato de mamá”, que popularizaran los venezolanos José Luis Rodríguez, conocido como “El Puma”, y Felipe Pirela (Felipe Antonio Pirela Morón, 1940-1972).
Una versión que también suena mucho en la radio nacional en ese día especial es la que grabara el salsero Héctor Lavoe (Héctor Juan Pérez Martínez, 1946-1993), figura estelar de la Fania All-Stars, conocido como “El cantante de los cantantes”.
“Madrecita”, la canción compuesta por Osvaldo Farrés (Quemado de Güines, 1902 – Nueva York, 1985), es un verdadero himno, infaltable en el Día de las Madres, que aquí se celebra el último domingo de mayo. Se escucha repetidas veces en voz de José José (José Rómulo Sosa Ortiz, 1948-2019), conocido como El Príncipe de la Canción, llenando de emoción los corazones de quienes la conservan o también los que la han perdido.
Producto de la exquisita pluma del cantautor Juan Gabriel (Alberto Aguilera Valadez, 1950-2016) es “Amor eterno”, que con tanta ternura y emoción la interpreta Rocío Dúrcal (María de los Ángeles de las Heras Ortiz, 1944-2006) y el propio compositor.
El Chente, Vicente Fernández (1940-2021), también le imprime la gravedad y espectacularidad de su voz a esta maravillosa canción de la autoría de Juan Gabriel.
Es una canción dirigida a todos aquellos que han tenido la desdicha de haber perdido a ese ser querido, como ocurre con la mayoría de los miembros de mi generación.
Aunque mucho más movida, un clásico indiscutible en la radio criolla en el Día de las Madres es la canción “Consejo de oro”, en voz Lavoe. Como lo expresa el título, es un valioso consejo para aquellos jóvenes que, por ignorancia u otro motivo, incursionan en el bajo mundo y, amargamente, descubren que solo el rostro demacrado de la madre se asoma a las rejas.
Es un tango de la autoría del músico y cantante argentino Agustín Magaldi Coviello, convertido en son montuno y que demuestra porque Héctor era, indiscutiblemente, El cantante de los cantantes.

Un bolero de un hijo, agobiado por una terrible enfermedad, un clamor hacia su madre, que es la única que lo puede entender y socorrer. Señores “Penas y martirios”, interpretado por Gilberto Monroig. Existe una versión en tiempo de merengue del fenecido Jochy Hernández (Carlos José Hernández Díaz).
“Despedida” es un bolero tiene una emotiva historia, mezcla de realidad e imaginación. Lo escribió el insigne compositor puertorriqueño Pedro Flores y la popularizó Daniel Doroteo de los Santos Betancourt, mejor conocido por Daniel Santos (1916-1992).
Resultó muy difícil para El Inquieto Anacobero grabar esta canción, pues a cada instante se rajaba en llantos, porque le tocó vivir en carne propia la historia que narra el bolero de Flores. Se fue a la guerra y cuando regresó solo encontró la tumba de su madre. Nunca lo vi cantarla sin que terminara llorando.
“Sólo me parte el alma y me condena
que dejo tan solita a mi mamá
mi pobre madrecita que tan viva
quién en mi ausencia la recordará.
Quién me le hará un favor si necesita
quién la socorrerá si se enfermara
quien le hablará de mi si preguntara
por ese hijo que nunca quizás volverá
Quien me le rezará si ella se muere
quien pondrá una florera en su sepultura
quien se condolerá de mi amargura si
yo vuelvo y no encuentro a mi mamá”.
Mis felicitaciones a todas las madres dominicanas, en especial a Dinorah Celeste Durán, la mía, y a Generosita López, la abuela querida que evoco junto a estas canciones icónicas del Día de las Madre