Fue la del dos de marzo pasado, domingo, la noche cinematográfica dominicana
excepcional: La Gran Noche del Cine, primera experiencia de este tipo que se ofrece
en República Dominicana, fue un éxito por cuatro aspectos, el primero de los cuales
fue su meta benéfica en favor de las instituciones nacionales de servicio: Quiéreme
como soy, Fem Dominicana y Fundación El sol sale para todos, en favor de las
cuales fue a dar el producto de la venta de boletas, con valor de 6 mil pesos por
invitado.
Era la primera vez que se montaba un evento de esta naturaleza en el país,
desarrollado por Caribbean Educa, expresión de responsabilidad social de Caribbean
Cinemas con lo cual se inician sus proyectos aquí. En Puerto Rico se celebra el
evento con éxito desde hace años.
El acto formal de apertura fue sencillo, moderado por Ana López, ejecutiva de
Caribbean Cinemas, con Zumaya Cordero ahí cerca y quien optó por el bajo perfil,
probablemente agotada por los afanes del montaje. Fue el momento de presentar a
Robert Carrady, presidente de CC, hombre con claridad y compromiso del cine como
empresa y como hito cultural y social.
Carrady presentó a su hijo Michael Carrady, responsable de Caribbean Educa, brazo
de responsabilidad social de la empresa, quien detalló el objetivo de la noche, sus tres
entidades beneficiarias y el agradecimiento al público convocado por haber
correspondido.
Carrady, CEO de Caribbean Cinemas Internacional, llegó y expresó que esta primera
Gran Noche del Cine en el país sería desarrollada con éxito. Había llegado también
Zumaya Cordero, directora de Operaciones de CC – RD, quien se manifestó
entusiasmada al ver la llegada masiva de los invitados y sostuvo que el evento era la
carta de presentación a la sociedad dominicana de Caribbean Educa.
Michael Carrady, director de Caribbean Educa, explicó que la entidad desarrolla, en
los países en los que tiene presencia la cadena de distribución y exhibición e
cine, actividades dirigidas a mejorar la educación a través del arte y la cultura y
que desde el mismo se beneficia a proyectos que han impactado a cientos
jóvenes emprendedores, mujeres y niños.
Las salas de cine de Downtwn Caribbean Cinemas, tuvieron una cartelera exquisita
con las nominadas al Premio Oscar a la Mejor Película: El Brutalista, Un completo
desconocido, Anora, (que resultó ganadora y que vimos en pantalla pocas
personas), Conclave, (más de treinta personas), Wicked, Aun estoy aquí (que vimos
12 personas) y no tengo la asistencia a ver Emilia Pérez Un dolor real. Respecto de
La Sustancia, fui informado que tuvo buen público. Desde luego, muchas de ellas ya
habían visto parte de las competidoras. El suscrito vio Anora y Ahora estoy aquí.
El lobby del complejo fue transformado para crear un ambiente cinematográfico. Para
ingresar, se pasaba por la mesa de protocolo, donde un equipo (uniformado de negro)
recibía los invitados y les colocaban los cintillos VIP correspondientes a la invitación
que entregaban; la entrada estaba marcada por altos muros negros con la imagen de
la estatuilla de los Premios Oscar y una alfombra roja.
El público: cineastas, empresarios y ejecutivos privados y públicos, amantes del cine y
periodistas invitados y de cobertura e intercambiando opiniones de cine y otros temas.
Entre los periodistas invitados: Alfonso Quiñones (con traje de frac, traje masculino,
con origen en el siglo XVIII, que constituye el tipo de vestuario más formal para el hombre
en celebraciones nocturnas y corbata de pajarita), Marc Mejía e Inés de los Santos, de
la Asociación Dominicana de Prensa y Crítica Cinematográfica (ADOPRESI).
Y ya dentro, un ambiente cinematográficamente inmersivo se abría: Grandes pantallas
con transmisiones de películas (El James Bond, de Daniel Craik y la programación de
Telesistema; un amueblado con iluminación especial y una disposición de mesas para
tragos, además del buffet, abierto desde las 7 pm hasta las doce de la noche, con un
menú creado por el chef Emil Vega, consistente en tres tiempos:
Primer tiempo: Bebidas (Vino, bebidas alcohólicas, refrescos de soda, agua mineral y
natural, margaritas u otros cócteles;
Segundo tiempo: Picaderas variadas, carnes, menjurjes vegetarianos, camarones,
postres y otros y
Tercer tiempo: Platos fuertes: Lasaña, puré de papa adosado de cortes de ajíes, pollo
en diferentes presentaciones, bistecs de res en cortes, con platos de porcelana,
servilletas de tela y cubiertos de metálicos, que se podían llevar sala.
En el lobby, el módulo de La Magacín, proyecto de información artística y cultural de
distribución postal/electrónica con el lema “No son chismes, son datos”, presentando
en ese lobby una caja transparente con el diseño de una portada de revista y en el
cual el público podía hacerse fotos. El servicio es gratuito, con suscripción a:
http://lamagacin.com
En la Sala 1 se producía la proyección de la 92.ª ceremonia de los Premios Oscar, que
era sin dudas el plato de miel del programa, a partir de la señal de Telesistema (Canal
11), servicio que concentró la mayor parte del público. La imagen en pantalla grande
es indudablemente mejor, más detallada y más impresionante que la que transmite la
televisión.
Fue una gran noche del cine, inusual y sorprendente.